Cuando Dalí conoció a Gala supo con certeza que había encontrado a su musa y también supo con certeza que ya no se separarían nunca. Por aquel entonces Salvador Dalí solo despuntaba como un ensayo de genio que se deleitaba provocando a la clase burguesa. Miembro de la Generación del 27 es muy cierto que todavía en su persona quedaba cierto tufillo a pueblo que le hacia no despegar del todo hacia una genialidad absoluta. Gala (Elena Ivanovna), rusa de nacimiento, hacía ya unos años que formaba parte de ese grupo de intelectuales que ayudó a fundar el surrealismo en Francia junto a su entonces marido Paul Eluard , de hecho, fue la única mujer de este movimiento. A menudo se conoce a Gala solo por su papel de esposa de dos genios, nada más lejos de la realidad, ella fue tan artista como todos ellos con una producción propia sobre todo en literatura y fue coautora de numerosas obras junto con Paul Eluard y después con Dalí . Algunas obras de este último si llevan la firma de los dos por decisión del propio Dalí. Introvertida, misteriosa y con una compleja personalidad viajó con su marido Paul a Cadaqués en agosto de 1929 y allí se conocieron ella y Dali. La atracción entre estas dos personalidades fue inmediata y de tal fuerza que Gala no dudó ni un instante en dejar a su marido y a su hija y unirse al pintor. Juntos crearon el fenómeno Dali. El pintor sin duda tenía un genio artístico único pero era bastante indolente y vago para pintar. Gala lo animó y motivo para que pintara y este la convirtió en su musa, en muchos de sus cuadros vemos a Gala como centro absoluto de su obra. Gala no solo perfeccionó al pintor y le proporcionó los contactos necesarios para poder dar a conocer y vender su obra tanto en Francia como en Nueva York, si no que obró el milagro más importante: Crear la imagen Dali. Esa imagen estravagante y surrealista de un pintor con melena y bigote puntiagudo, que estrellaba huevos en los lienzos para después crear una genialidad, levantar su bastón y autoproclamarse como genio es una creación exclusiva de una mujer tan inteligente como interesada en convertir a su ya marido en un genio del arte y en una fábrica de dinero. Ella se ocupaba de todo, ella lo fue todo en ese universo imperfecto que ambos crearon en el cual Dali solo se limitó a pintar y a adorar a su querida Gala durante los casi cincuenta y tres años que duró su vida en común. Cuando Gala murió en 1982 Dalí también lo hizo aunque su cuerpo siguiese vivo hasta 1989. El mundo nunca entenderá donde terminaba Gala y empezaba Dali.
Gala y Dalí.Universo imperfecto.
Actualizado: 26 ene 2022
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