El 14 de abril de 1931 se proclamó en España la segunda República que sustituyó a la Monarquía de Alfonso XIII. Con la llegada de la República, España salió del oscurantismo a la que había sido sometida durante el periodo de la Restauración, la dictadura de Primo y los últimos e inoperantes gobiernos de Alfonso XIII. Se abría un nuevo horizonte en un país castigado por la miseria, la ignorancia y la superchería, un país dominado por unos pocos en el que la mayoría eran pobres de solemnidad. Entraron nuevos aires de Europa, salieron a la luz genios de todas las artes, el país ensanchó sus pulmones y comenzó a respirar cultura, justicia y modernidad. Su Gobierno comenzó a hacer reformas, llegó el voto femenino, la libertad religiosa, los matrimonios civiles, el divorcio… No todas las reformas gustaron sobre todo a la Iglesia pero hubo una que no gustó a los ricos, a los de arriba, una reforma que no gustó al poder: la reforma agraria y este fue el principio del fin. España era un país eminentemente agrícola con grandes latifundios dominados por una pequeña clase dominante dueña de vidas y haciendas que no estaba dispuesta a compartir su poder ni a repartir sus tierras ni sus riquezas con los jornaleros, con los de abajo. Rápidamente la maquinaria ultraconservadora se puso a trabajar y el resultado fue un golpe de estado fallido que dio lugar a una cruenta Guerra Civil que duró 3 años. Vencieron ellos, los de siempre, los ricos, la Iglesia y los militares y España volvió a la época oscura, a una larga noche llena de asesinatos, humillaciones y terror para los vencidos que duró casi 40 años. Quien olvida su historia está condenado a repetir los mismos errores. Hoy en este país nuestro los nietos de los que vencieron son cada vez más y cada vez tienen más fuerza. Volvamos la vista atrás reflexionemos y no nos volvamos a equivocar el enemigo está cada vez más cerca y muchos de aquellos que lucharon por el Gobierno legal del 36 siguen en las cunetas mientras que los nietos de sus asesinos se sientan en los escaños del Congreso. Luchemos para que la historia no se repita. Salud y República.
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