No fue nunca guapa Zenobia, pero desde muy pequeña tuvo una clara inteligencia y una gran capacidad de comprensión del entorno que le rodeaba. Recibió una completa educación en su casa y desde muy pequeña viajó a muchas partes del mundo. Durante su estancia en Estados Unidos se matriculó en la universidad de Columbia para estudiar literatura al mismo tiempo que comenzó a publicar sus primeras obras. De nuevo en España, Zenobia comenzó a frecuentar los ambientes intelectuales de la época. En Madrid conoce a Susan Huttington directora del Instituto Internacional de Señoritas, lugar en el que se hospedaban muchos intelectuales extranjeros y lugar en el que conoce a Juan Ramón Jiménez. Juan Ramón enseguida se sintió atraído por esta joven culta e inteligente que tenía una risa cautivadora, ella en un principio no tanto. En esta época Zenobia comienza a traducir las obras del escritor hindú Rabindramath Tagore siendo la primera mujer española en hacerlo. Poco a poco Juan Ramón y Zenobia van profundizando en su amistad y ello conlleva a una relación más estrecha que termina en boda en 1916. Juan Ramón Jiménez es un escritor universal, como universal es su obra y su premio Nobel de literatura. Pero, ¿quien es Zenobia?, no me equivoco mucho al pensar que esta mujer, escritora de gran talla, es una desconocida para la mayoría de la gente de a pie lo mismo que muchas escritoras de su generación y de generaciones posteriores. La Zenobia esposa, la enfermera, aquella que supo calmar las neurosis eternas de Juan Ramón, sus profundas depresiones y crisis de identidad, aquella que se refugiaba horas interminables en el cuarto de baño de su residencia para que Juan Ramón pudiera escribir en absoluto silencio- ya que cuando el genio escribía no podía escucharse el ruido de una mosca- la Zenobia que cuidaba de la economía de la casa y que procuraba dinero para la subsistencia de los dos, aquella mujer de la cual el escritor no consentía en separarse ni por un día- que enorme peso el que ella debía sentir día tras día atada a un hombre problemático y oscuro-; esta Zenobia no se conoce como tampoco se conoce ni se ha reconocido de una manera rotunda su gran talento y su obra. Los hay todavía que piensan que detrás de un gran hombre hay una gran mujer, que monumental equivocación. Detrás de un gran hombre casi siempre hay una mujer que sacrificó su vida, sus sueños, su futuro, sus sentimientos y sus necesidades para estar a la sombra del otro, para ser la sombra del otro. Ni siquiera cuando a Zenobia le diagnosticaron un cáncer el escritor soportaba las separaciones de su esposa, en los últimos meses de vida ella dejó de tratarse para seguir al lado de su marido. Zenobia murió en 1956 en Puerto Rico tres días después de que al escritor le concediesen el Premio Nobel de Literatura. Ni siquiera en los últimos momentos de su vida falló a su marido. Juan Ramón le sobrevivió dos años, dicen que nunca volvió a ser el mismo, que no aguantó la vida sin ella, debió de ser muy difícil para este gran egoísta sentirse solo combatiendo sus miedos en un mundo que nunca estuvo hecho a su medida.
ZENOBIA CAMPRUBÍ A LA SOMBRA DEL GENIO.
Actualizado: 2 abr 2020
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